El barco de los avatares podría estar más lleno


Avatar se ha convertido en la segunda película más taquillera en España. Todo el mundo ha ido a verla al cine por curiosidad, por la recomendación de un amigo o porque es la película de moda así que es díficil entrar al cine a ver Avatar sin ningún tipo de idea preconcebida. Tras algo más de un mes en cartelera, son muchas las opiniones y críticas vertidas sobre esta película así que yo ya me hice mi composición en la cabeza. Sé que no debería haberlo echo, pero es muy complicado escapar de la vorágine que ha supuesto esta cinta. Por tanto sabía de antemano que me iba a defraudar (cuando tienes tan grandes exxpectativas, la caída suele ser más dura) y así fue por dos motivos:

1) LA HISTORIA. En todas las críticas y opiniones, sale este mismo argumento y por algo será. La historia está ya más usada que el polo verde de aquel concursante de Gran Hermano. Resumidamente, es la siguiente: los militares norteamericanos han descubierto un mineral que es un recurso muy valioso; pero para hacerse con él, tienen que eliminar a los Na'vi. Para ello, utilizan a una antropologa y a su equipo para entremezclarse con ellos y conseguir tal misión. En ella se embarcará, un exmilitar en silla de ruedas que aunque no tiene preparación, casualmente enseguida se hace con su avatar. ¿Os imagináis que va a pasar, no? Exacto. Yo en el minuto 15 ya sabía todo lo que iba a ocurrir, así que mi interés se desvaneció enseguida. Cierto es que en muchas otras películas se reproduce un mismo argumento -ejemplo, comedias románticas-; sin embargo, siempre esperás ese puntillo diferente. Aquí ná de ná. Yo me esperaba, sabiendo que detrás de la pantalla estaba James Cameron, algo diferente, algo que hiciese evolucionar esta historia, verla desde otro punto de vista. Nada es nuevo, incluso hay pequeñísimas referencias u homenajes o recordatorios a Memorias de África, Bailando con Lobos, Braveheart, Pocahontas o El libro de la Selva.



Pero no sólo es la historia la que flaquea, sino también los personajes y los actores. Respecto a lo primero, era obvio. Si una historia es típica, igualmente serán sus personajes. Pero ahí está el trabajo de un actor para darle un toque diferente. Ninguno me gusto. En primer lugar, está el protagonista, Jake Sully, interpretado por el australiano Sam Worthington (que a partir de ahora será una nueva estrella en el mundo del celuloide). Es muy atractivo, pero no me transmite nada: sus dudas, su agonía por estar en silla de ruedas, su felicidad al recuperar la posibilidad de andar. Ná de ná. En segundo lugar, está el coronel Quaritch (Stephen Lang), un geyperman inexpresivo y muy bronceado- Pero quizás mi mayor decepción fue Sigourney Weaver como la Dra. Grace. Comienza siendo un personaje maleducado, serio, frío, arrogante (al menos así te la presentan y así justifica la productora que fuma); pero inmediatamente después se convierte en alguien cándido y con corazón. Respecto al resto de humanos, sólo requieren una pequeña mención Michelle Rodriguez, como la chica dura de la película -una vez más-, y Joel Moore, compañero de fatigas de Sully- en uno de los capítulos de la última temporada de Bones aprovechan su personaje para publicitar este film.

2) LOS ASPECTOS TÉCNICOS. Vaya por delante que la ví en 3D y que, por eso, me tendría que haber maravillado. Pero no fue así. Según me dijo uno de los amigos con los que fui, el motivo por el que me desencantó fue porque el cine no estaba preparado para emitirla en ese formato. Me niego a que eso sea así. James Cameron habrá recolucionado el sistema de filmación o grabación con el 3D, el motion picture y con el resto de palabrejas raras, pero yo lo único que sé es que salí del cine con dolor de ojos por culpa de las malditas gafas. En una de las escenas, me las quite y pude asombrarme con otros colores que las gafas de color verde me impedían apreciar. ¿Qué gracia tiene pensar que estás metido en la escena si pierdes color, si pierdes detalles? En la era digital en la que estamos, tenemos que ser capaces de ver las películas sin añadidos, porque si un film te fascina en el cine, pero luego en tu casa no la puedes disfrutar igual porque no tienes los medios y si además, no va a compañada de una buena historia, al final acabarás cansandote. Estoy convencida de que haberla visto en imagen normal me hubiese gustado mucho más.



A pesar de todo ello, es de alabar el buen trabajo de crear Pandora: su fauna, flora, idioma, cultura ecologista... Especialmente, me gustó el parecido de los personajes Na'vi con los actores. Pero, ello tampoco es nuevo, no nos engañemos. A pesar de todo ello, lo más importante es que este sistema técnico permitirá llevar a la pantalla ideas de creadores que antes se quedaban en el papel porque no podían ser plasmadas en imagen. Y por ese motivo, hay que reconocerles su mérito, porque los trailers vistos en televisión y en internet sí valen la pena, sí se aprecia esa revolución que tenía en mente James Cameron.

En definitiva, seguramente estarás pensando que no me ha gustado la película y te estarás equivocando. Sí, me ha gustado. Es entretenida, quizás un pelín larga, pero se puede ver. Se la recomiendo a todo el mundo para que dentro de unos años puedan decir "yo la ví". Visualmente gusta el film, aunque no le recomiendo a nadie el 3D si no está preparada la sala de cine y tampoco sé si aún así es mejor. Pero desgraciadamente no es LA PELÍCULA, que todos esperabamos, no es la película defintiva. Una pena que James Cameron no llevase la revolución hasta el final.

Y en dos palabras: visual y típica.

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