Me llamo Pooh, de nombre Li. Me gusta el cine, las series de tv, la lectura, el fútbol... Recuerdo aquel enero de 2010 cuando empece un blog de cine para poder expresar mis humildes opiniones sobre las películas que veía. Recuerdo aquel principio de marzo cuando me enfrenté a la última película del gran Peter Jackson - para mí, siempre será un grande por El Señor de los Anillos- , The Lovely Bones basada en el libro del mismo nombre, que narra la historia de Susie Salmon, una niña de 14 años, en la flor de la vida, la cual se la arrebatan brutalmente.
Siempre es díficil adaptar un libro al cine y esta ocasión es una más. Sin haberlo leído, se aprecia que la película peca de un guión a trompicones y es que éste es quizás su peor fallo: que nos ofrece escenas muy buenas con otras que dejan mucho que desear. La historia tiene un buen comienzo, presentando bien a la familia y a la protagonista que nos hace desde el inicio partícipes de sus sentimientos y emociones, especialmente en lo referente al chico que le gusta. Todos pensamos que las desgracias les ocurren a otros hasta que ocure algo en tu familia. Así es en la película. Todo es maravilloso hasta que un desgraciado le quita la vida a la niña y a partir de ahí, se sucede el duelo de la familia y la investigación. La sutileza de Jackson se demuestra precisamente en que no vemos el asesinato de la niña, aunque por otro lado se nos deja caer que es brutal. Es de agradecer que no siempre se utilice la violencia y la sangre para conmicionar al espectador.
Tras ello, la historia se abre en dos: por un lado lo que ocurre en la realidad y otro lo que ocurre con Susie. Es este punto el que más enfrentamientos trae entre aquellos que piensan que la realidad onírica peca de dulzona, empalagosa y aquellos otros que sostienen que Peter es un as en las escenas de los efectos especiales. Yo no me encuentro ni en uno ni en otro. Si bien creo que esas escenas están magistralmente echas y la belleza que desprenden es única, también sostengo que al final terminan empalagando demasiado. En el medio está la virtud, como dirían los filosófos. De todas formas, he echado en falta algo más de profundidad en la realidad, en ver mejor como sobrellevaban el dolor los familiares y como se desarrollaba la investigación, aunque entonces estaríamos hablando de otra película. A mitad de la cinta, aparecen ciertos momentos cómicos para aligerar el tono melodramático a cargo de una genial Susan Sarandon. Para llegar ya al final, centrándonos en la superación del duelo por parte de los distintos personajes y en la del asesino. He de confesar que el final no me gustó. Esa idea del karma me pareció bastante forzada (si la habéis visto, me entenderéis).
En el film, no sólo destacan esas escenas de las que hablabamos, sino las actuaciones. En primer lugar, la de Saoirse Ronan que sabe muy bien lucirse en la película para confirmarse como uno de los jóvenes talentos. Sin duda, también brilla Stanley Tucci, nominado al oscar como mejor actor de reparto. Compone un personaje detestable y horrendo y eso en pocas escenas y sin mostrar mucha carnaza para ello. Junto a ellos unos correctos padres, Mark Wahlberg y Rachel Weisz, aunque sin duda podrían haber ofrecido algo más.
En conclusión, The Lovely Bones es un drama marcado por la sensiblería y la irregularidad. A pesar de ello, es un buen filme, que entretiene, aunque igual no ha sido tan genial como esperaba en un principio.
Y en dos palabras: irregular y sensiblera.
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